El colegio Luis Braille, es el único en la región de Coquimbo, que imparte educación a estudiantes ciegos, de distintas ciudades del país y localidades rurales de la región. Con una matrícula de 48 alumnos, la institución cumple 41 años de compromiso educativo, celebrado junto a estudiantes, familiares, ex alumnos, directores de otros colegios municipales, y autoridades corporativas.
La ceremonia estuvo cargada de emotividad y reconocimientos hacia el establecimiento, de parte de su directora María Soledad Hernández, destacando el poder de superación de los alumnos, quienes deleitaron con sus dotes en canto y actuación; como también por el compromiso adquirido por parte del equipo técnico, los docentes de la institución, y familiares de los niños y niñas del Colegio Luis Braille.
“Estamos en permanente contacto con las municipalidades, donde podemos ayudar a niños y niñas de localidades lejanas, también trabajamos con los hospitales, centros de salud, desde donde nos derivan a lactantes que nacen ciegos, a causa principalmente de la retinopatía del prematuro, diagnóstico oftalmológico número uno en la escuela”, señaló la profesional.
Además la directora añadió el interesante aporte que realizan las escuelas especiales a la educación chilena. “Nosotros sabemos que se dice, que las escuelas especiales están en vía de extinción, porque se tiende más a la integración a las aulas regulares, pero todavía nuestro país no está preparado para recibir con un 100% de atención a los alumnos discapacitados visualmente”.
La ceremonia estuvo cargada de emotividad y reconocimientos hacia el establecimiento, de parte de su directora María Soledad Hernández, destacando el poder de superación de los alumnos, quienes deleitaron con sus dotes en canto y actuación; como también por el compromiso adquirido por parte del equipo técnico, los docentes de la institución, y familiares de los niños y niñas del Colegio Luis Braille.
“Estamos en permanente contacto con las municipalidades, donde podemos ayudar a niños y niñas de localidades lejanas, también trabajamos con los hospitales, centros de salud, desde donde nos derivan a lactantes que nacen ciegos, a causa principalmente de la retinopatía del prematuro, diagnóstico oftalmológico número uno en la escuela”, señaló la profesional.
Además la directora añadió el interesante aporte que realizan las escuelas especiales a la educación chilena. “Nosotros sabemos que se dice, que las escuelas especiales están en vía de extinción, porque se tiende más a la integración a las aulas regulares, pero todavía nuestro país no está preparado para recibir con un 100% de atención a los alumnos discapacitados visualmente”.
