Demostrar que sus alumnos tienen capacidades y potencial suficiente para insertarse exitosamente en el campo laboral, es una de las metas a alcanzar por el Colegio Especial Manuel Rodríguez, dependiente de la Corporación Municipal Gabriel González Videla, de La Serena.
Dicho objetivo pareciera no estar muy lejos de lograr, tras conocerse los primeros resultados de la alianza entre el establecimiento educacional y una microempresa que comercializa los productos elaborados por los alumnos y alumnas del Taller Laboral de Alimentación de la escuela.
Ana y Catalina Albear son hermanas y socias de la Pastelería Llanca, ubicada en Balmaceda, casi esquina Amunategui. Ambas se manifiestan satisfechas por la decisión de adquirir productos del Colegio y de sumar a su equipo de trabajo a un estudiante del colegio.
“Son productos que se pueden comercializar en cualquier negocio y, además, genera la oportunidad para que estos chicos se entusiasmen mucho más en lo que hacen”, expresó Ana Albear.
Por su parte, Catalina Albear, llamó a sus colegas empresarios a replicar el ejemplo emprendido por su pastelería de contar con estudiantes en práctica del Colegio Manuel Rodríguez y así comprobar que ellos pueden ser tan productivos y útiles como cualquier otro trabajador.
“Yo invito a las grandes y pequeñas empresas a que se abran a la posibilidad de insertar laboralmente a estos jóvenes, ya sea como práctica o para contratar, ya que tienen las mismas capacidades que cualquier persona para desarrollar lo que se les solicite”, enfatizó Catalina.
TALLER DE ALIMENTACION
Desde la creación del Taller de Alimentación con apoyo de SENADIS y la Corporación Municipal, el Colegio Manuel Rodríguez ha dado importantes pasos en su desafío de lograr la inserción laboral de sus estudiantes.
Sin embargo, su directora Marcela Góngora advierte que todavía falta convencer a la empresa privada de que confíe en las reales capacidades y aptitudes de los alumnos para incorporarlos al mundo del trabajo.
“Hemos hecho varios esfuerzos para que estos jóvenes puedan insertarse laboralmente. De hecho, de ese taller logramos insertar a 3 alumnas, pero las empresas no dan muchas opciones de integrarlas. Y si lo hacen, generalmente es para hacer labores de aseo o funciones de bajo perfil”, lamenta la directora.
Por tal motivo, insiste en el llamado al sector empresarial y comercial a asumir un rol más protagónico en el proceso de inserción laboral de los estudiantes de colegios especiales.
“Es un incentivo para los alumnos saber que alguien compra y consume sus productos. Además, con ello logramos que el Taller de Alimentación se financie. Sin embargo, lo que más nos interesa es que las empresas y locales comerciales se abran más a la posibilidad de incorporar a estos jóvenes”, señala la directora.
SUEÑOS Y PROYECCIONES
Javiera Archires Rodríguez, de 17 años, alumna del Taller de Alimentación del establecimiento, destaca la calidad de los conocimientos adquiridos y sus proyecciones futuras en el rubro. “Durante estos meses he aprendido bastante, este taller me ha ayudado a mis labores en la casa. Cuando egrese de cuarto medio, quiero estudiar Técnico en Alimentación, y poder instalar mi propia pastelería y restauran”.
En tanto, la técnico en Cocina Internacional y sicopedagoga, Constanza Moraga Cruz, quien se desempeña hace cuatro años como profesora y encargada del Taller de Alimentación, señala sentirse sorprendida con la experiencia de este proyecto innovador e inclusivo, que involucra a adolescentes y jóvenes con necesidades educativas especiales.
“Al principio cuando me ofrecieron ser parte de esta iniciativa, tuve algunas dudas, porque estaba recién terminando mi carrera de sicopedagogía, y no tenía experiencia docente con niños con necesidades educativas especiales, pero sí tenía mucho conocimiento de manejo de personal. Por lo tanto, podía manejar y trabajar con grupos de estudiantes”, declaró.
Sin embargo, la profesional subrayó que fueron los niños los que terminaron por darle una grata sorpresa. “Terminé yo aprendiendo de ellos. Este proyecto es una lección de vida, el cariño que te entregan es una satisfacción enorme, porque se han logrado avances muy significativos, tanto para mis alumnos como para mi experiencia profesional”.
14 son los alumnos que participan del Taller de Alimentación. Sus edades fluctúan entre los 15 y 26 años. Todos han aprendido el arte culinario, orientado hacia la repostería y amasandería. La dinámica de trabajo es crear exquisitos productos, derivados de un alimento estrella, los que son vendidos al interior del establecimiento o a mini empresas, dedicadas al área, como es el caso de la pastelería Llanca.
Para el alcalde Roberto Jacob Jure, la importancia del trabajo realizado por el Colegio Manuel Rodríguez, a través de sus talleres laborales de Artesanía en Cuero, Artesanías Múltiples, Tejido a Telar y de Alimentación, va más allá de la entrega de conocimientos y destrezas para desempeñar un oficio.
“El Colegio Manuel Rodríguez realiza una acción integral a favor de sus estudiantes, promoviendo el fortalecimiento de valores como la solidaridad y la responsabilidad. Además, promueve fuertemente la independencia de los jóvenes, de manera que, efectivamente, se logre la integración social de estas personas”, resaltó el alcalde.
Dicho objetivo pareciera no estar muy lejos de lograr, tras conocerse los primeros resultados de la alianza entre el establecimiento educacional y una microempresa que comercializa los productos elaborados por los alumnos y alumnas del Taller Laboral de Alimentación de la escuela.
Ana y Catalina Albear son hermanas y socias de la Pastelería Llanca, ubicada en Balmaceda, casi esquina Amunategui. Ambas se manifiestan satisfechas por la decisión de adquirir productos del Colegio y de sumar a su equipo de trabajo a un estudiante del colegio.
“Son productos que se pueden comercializar en cualquier negocio y, además, genera la oportunidad para que estos chicos se entusiasmen mucho más en lo que hacen”, expresó Ana Albear.
Por su parte, Catalina Albear, llamó a sus colegas empresarios a replicar el ejemplo emprendido por su pastelería de contar con estudiantes en práctica del Colegio Manuel Rodríguez y así comprobar que ellos pueden ser tan productivos y útiles como cualquier otro trabajador.
“Yo invito a las grandes y pequeñas empresas a que se abran a la posibilidad de insertar laboralmente a estos jóvenes, ya sea como práctica o para contratar, ya que tienen las mismas capacidades que cualquier persona para desarrollar lo que se les solicite”, enfatizó Catalina.
TALLER DE ALIMENTACION
Desde la creación del Taller de Alimentación con apoyo de SENADIS y la Corporación Municipal, el Colegio Manuel Rodríguez ha dado importantes pasos en su desafío de lograr la inserción laboral de sus estudiantes.
Sin embargo, su directora Marcela Góngora advierte que todavía falta convencer a la empresa privada de que confíe en las reales capacidades y aptitudes de los alumnos para incorporarlos al mundo del trabajo.
“Hemos hecho varios esfuerzos para que estos jóvenes puedan insertarse laboralmente. De hecho, de ese taller logramos insertar a 3 alumnas, pero las empresas no dan muchas opciones de integrarlas. Y si lo hacen, generalmente es para hacer labores de aseo o funciones de bajo perfil”, lamenta la directora.
Por tal motivo, insiste en el llamado al sector empresarial y comercial a asumir un rol más protagónico en el proceso de inserción laboral de los estudiantes de colegios especiales.
“Es un incentivo para los alumnos saber que alguien compra y consume sus productos. Además, con ello logramos que el Taller de Alimentación se financie. Sin embargo, lo que más nos interesa es que las empresas y locales comerciales se abran más a la posibilidad de incorporar a estos jóvenes”, señala la directora.
SUEÑOS Y PROYECCIONES
Javiera Archires Rodríguez, de 17 años, alumna del Taller de Alimentación del establecimiento, destaca la calidad de los conocimientos adquiridos y sus proyecciones futuras en el rubro. “Durante estos meses he aprendido bastante, este taller me ha ayudado a mis labores en la casa. Cuando egrese de cuarto medio, quiero estudiar Técnico en Alimentación, y poder instalar mi propia pastelería y restauran”.
En tanto, la técnico en Cocina Internacional y sicopedagoga, Constanza Moraga Cruz, quien se desempeña hace cuatro años como profesora y encargada del Taller de Alimentación, señala sentirse sorprendida con la experiencia de este proyecto innovador e inclusivo, que involucra a adolescentes y jóvenes con necesidades educativas especiales.
“Al principio cuando me ofrecieron ser parte de esta iniciativa, tuve algunas dudas, porque estaba recién terminando mi carrera de sicopedagogía, y no tenía experiencia docente con niños con necesidades educativas especiales, pero sí tenía mucho conocimiento de manejo de personal. Por lo tanto, podía manejar y trabajar con grupos de estudiantes”, declaró.
Sin embargo, la profesional subrayó que fueron los niños los que terminaron por darle una grata sorpresa. “Terminé yo aprendiendo de ellos. Este proyecto es una lección de vida, el cariño que te entregan es una satisfacción enorme, porque se han logrado avances muy significativos, tanto para mis alumnos como para mi experiencia profesional”.
14 son los alumnos que participan del Taller de Alimentación. Sus edades fluctúan entre los 15 y 26 años. Todos han aprendido el arte culinario, orientado hacia la repostería y amasandería. La dinámica de trabajo es crear exquisitos productos, derivados de un alimento estrella, los que son vendidos al interior del establecimiento o a mini empresas, dedicadas al área, como es el caso de la pastelería Llanca.
Para el alcalde Roberto Jacob Jure, la importancia del trabajo realizado por el Colegio Manuel Rodríguez, a través de sus talleres laborales de Artesanía en Cuero, Artesanías Múltiples, Tejido a Telar y de Alimentación, va más allá de la entrega de conocimientos y destrezas para desempeñar un oficio.
“El Colegio Manuel Rodríguez realiza una acción integral a favor de sus estudiantes, promoviendo el fortalecimiento de valores como la solidaridad y la responsabilidad. Además, promueve fuertemente la independencia de los jóvenes, de manera que, efectivamente, se logre la integración social de estas personas”, resaltó el alcalde.
